Si la potencia económica de un país se midiera por la presencia de sus empresas en las principales calles comerciales del mundo, España tendría una silla por derecho propio en el G-8. En el centro de París, Nueva York o Shanghái se pueden comprar camisas de Zara, pantalones de Mango o zapatos Camper. Las novias de São Paulo pueden lucir vestidos de Pronovias. Y los atrevidos modelos de Desigual cuelgan de las perchas de una tienda de El Cairo, en Egipto.
Las cadenas de ropa españolas han sabido extenderse como una mancha de aceite por medio mundo.
El sector de la moda en España son luces y sombras. Mientras algunas cadenas de ropa languidecen o pelean por sortear el temido concurso de acreedores, otras han logrado tomar las mejores posiciones en el tablero mundial mediante un gran esfuerzo en su expansión internacional. A la cabeza está Inditex, el gigante textil más grande del mundo. Continúa leyendo aquí…
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